sábado, 15 de abril de 2017

Desde el día en que te fuiste...

No recuerdo cuántos días exactamente han pasado desde que te fuiste y tampoco termino de contar cuántos nudos tengo atados a mi garganta.
Extraño muchas cosas y necesito que desaparezcan otras, desde que no estás, he empezado a contar las horas que faltan para que tus cartas se caigan.
He aprendido a no sentir nada por nadie, a no mostrarme vulnerable.
He llorado en la soledad de mi habitación pensando en qué estamos haciendo desde nuestros rincones, pensamos totalmente distinto y pensar distinto nos ha llevado por caminos separados.
Estoy aprendiendo también a ser más fuerte, cada vez duele menos tu ausencia, lucho por quitar de tu boca cualquier cosa que intente herirme y me blindo para seguir creciendo desde adentro.
Pienso mucho en ti, y no te niego que me embargan muchos sentimientos, pero también quiero saber si sufres la mitad de lo que yo sufro, quiero saber qué opinas de todo lo que has dejado atrás.
No sé si sea muy tarde para que comprendas que estás cometiendo un grave error, y aunque dicen que no tenemos derecho alguno de juzgarte, yo sí quiero hacerlo, porque ha nacido un rencor desde mi pecho que no lo puedo arrancar.
Nunca había sentido tanto dolor, hasta que empezó todo esto, entendí que a veces las personas que más se aman pueden odiarse con la misma fuerza.
Todavía no lo hago, pero tengo muchas ganas de tumbarte, pero al mismo tiempo recogerte, quiero que caigas tan rápido como rápido quiero ir a salvarte para darme cuenta si va a valer la pena.
¿Sabías que hasta ahora ningún abrazo me repara?
Ninguno ha servido como pensaban porque nadie sabe la magnitud de mi dolor.
No te quiero ver, y estoy seguro que cuando lo haga, ya habrás caído, porque un error te va a llevar a otro y se agotarán tus recursos robados.
Mientras termino de secarme algunas lágrimas, sé que piensas que la soledad te va a a acabar, pero por favor no vuelvas, porque primero tengo que terminar de construir quien soy, no me puedo dar el lujo de haberme caído contigo.
Ojalá seas tan feliz mientras te dure la burbuja y nadie nunca se aleje de ti llevándose tu futuro, tu pasado, todo por lo que luchabas y eras medianamente feliz.
Nunca olvidaré todo esto, y aunque me duele más a mí, me seguiré aferrando a este dolor para poder seguir siendo más fuerte que tú, para no caer y pedirte que vuelvas.
Porque desde el día en que te fuiste, yo cerré la puerta y no la voy a abrir, puedes venir a tocarla, puedes hablar detrás de ella, quizás pueda escuchar lo que tengas que decir, no sé de qué manera sellaríamos las cosas, pero mi dolor no lo vas a borrar nunca, no desde el día en que te fuiste...

No hay comentarios:

Publicar un comentario